El Pueblito Boyacense fue inspirado en el año 1992 por el compositor y periodista José RIcardo Bautista Pamplona, quien propuso la creación de un poblado con vida propia para que en el conviviera el arte y la cultura.
El 27 de julio de 1996 se colocó la primera piedra y se dio inicio a su construcción con el apoyo de la alcaldía de Duitama de ese entonces, como un proyecto de interés social y como apoyo al arte y los artistas.
Pueblito Boyacense cuenta con dos declaratorias: una del orden municipal y otra del orden departamental, como “Patrimonio inmaterial, cultural y turístico”.
En Pueblito Boyacense se encuentran las réplicas los pueblos más lindos de Boyacá como: Villa de Leyva, Tibasosa, Tenza, El Cocuy, Sáchica, Monguí y Ráquira; cuenta con capilla o centro de oración en homenaje al santo de las artes “Francisco de Asis”, así como la representacion en su concha acustica del aguerrido Cacique Tundama y a uno de sus costados la replica del Monumento a los 14 Lanceros.
En el año de 1992 el compositor y comunicador social maestro José Ricardo Bautista Pamplona tuvo una revelación en un sueño en donde se disputaban la imaginación y la realidad.
OBJETIVO
Ser uno de los mejores destinos turísticos del país donde predomine la aplicación de nuestros valores tradicionales y manifestaciones propias del espíritu, como un modelo de vida que genere bienestar y desarrollo de moradores y comunidades.
HISTORIA
Le había escuchado a un líder cultural la idea de hacer un barrio para artesanos y los vestigios de esa iniciativa se refugiaron en su visionario pensamiento como sigilosamente se esconden los anhelos en los rincones del alma.
En el año de 1992 el compositor y comunicador social maestro José Ricardo Bautista Pamplona tuvo una revelación en un sueño en donde se disputaban la imaginación y la realidad.
Le había escuchado a un líder cultural la idea de hacer un barrio para artesanos y los vestigios de esa iniciativa se refugiaron en su visionario pensamiento como sigilosamente se esconden los anhelos en los rincones del alma.
En la llegada de una aurora, cuando clareaba por las rendijas de la oscuridad el anuncio de la mañana, una imagen se reveló ante sus ojos, era una aldea con placitas empedradas y casas costumbristas de donde salían músicos, pintores, poetas para juntar sus versos en medio de la tertulia en la mitad de la estrecha calle.
Esa revelación como sus canciones fue madurando poco a poco y cada día se hacía más real y tomaba fuerza. Lo que en ese entonces parecía una utopía, se lo contó a varios amigos, unos le escuchaban en silencio su nueva locura y tal vez animados con su sueño también crearon su propio pueblo en su imaginario y otros más incrédulos apenas murmuraban… “está loco”. ¡Claro!… hacer un pueblo con vida e identidad propia no estaba en los cánones de lo cotidiano más aún un pueblo para los artistas…. “Y de dónde van a pagar una casa si en este país los artistas no tienen en que caerse muertos” era entre otros comentarios el plato fuerte en los cafetines de la perla.
Su llegada como director del Instituto de Cultura de Duitama por segunda oportunidad en 1.995 en la administración del abogado Héctor Julio Becerra Ruiz, le permitió consolidar su idea y comenzó el proyecto, con el apoyo de la administración central y el Fondo de Vivienda Obrera de Duitama por cuanto era el único organismo que podía hacer realidad su sueño.
Pueblito se estructuró como vivienda de interés social para dar techo a los artistas y cultores para lo cual se realizaron convocatorias, entrevistas a los que contagiados por la locura del cantautor, anhelaban tener vivienda en Pueblito Boyacense. Músicos, escritores, poetas, artesanos, periodistas y arquitectos entre otros se presentaron a la selección que hicieron reconocidos personajes de cada área para escoger, por perfil, los habitantes del soñado proyecto. Jorge Villamil Q.E.P.D y Fernando Soto Aparicio fueron algunos de los personajes que hicieron parte del Jurado para la selección de los moradores de Pueblito.
Este lote de 23.000 metros cuadrados donde hoy reposa la idea, fue también el resultado de una tertulia entre cantas y bambucos y sentado sobre el retazo de un árbol bajo el farol de la luna, José Ricardo sacó varios arpegios de su guitarra y divisando el horizonte dibujo en cada espacio las casitas de su Pueblito Boyacense. A pocos días la idea se concretó y el 27 de julio de 1996 en los cumpleaños de Duitama y en el marco de la culminación de una Semana Internacional de la Cultura Bolivariana, en medio de emociones y sensibles sentimientos se colocó la primera piedra al denominado proyecto sociocultural Pueblito Boyacense. Todos se abrazaban porque por fin el sueño se había hecho realidad, otra vez hubo tertulia, poesía, canciones y festejos en medio de las lágrimas.
Pueblito fue creado con una intención, con un propósito y una temática particular, el habilitar un espacio para que las manifestaciones más nobles del espíritu tuvieran su morada, brotando la autenticidad por cada poro de su estructura física y espiritual, construyendo un modelo de vida para las presentes y nuevas generaciones, por eso se diseñaron desde su concepción varias estrategias pensadas siempre para amparar y proteger su filosofía inicial, una filosofía que lo convertiría en un lugar único e irrepetible. José Ricardo aseguraba que construir muros de cemento no era difícil, pero construir pensamiento se hacía con la aplicación juiciosa de acciones ejemplarizantes y fructíferas y que como los buenos vinos era necesario añejarlas en las cavas del tiempo y de su propia historia.
• Que su arquitectura evocara los pueblos más lindos de Boyacá y mantuviera los vestigios de aquellas casonas de la época colonial.
• Que sus réplicas conservaran en fachadas especialmente los colores y formas de los pueblos representados en balcones y elementos decorativos.
• Que en la construcción de sus casas se utilizarían los materiales del ancestro como la teja de barro, el adobe, la laja, la forja, los terminados rústicos y la madera tallada con la creatividad y virtuosismo de los artistas Boyacenses.
• Que cada manzana o grupo de 16 casas conservaría, en réplica, la plazoleta del pueblo representado y en estos espacios se generaría todo un mercado autentico para promocionar y vender los productos elaborados por los artistas de Pueblito Boyacense.
• Que su arquitectura permitiera la construcción de módulos comerciales para la habilitación de tiendas típicas, restaurantes, hostales y vitrinas naturales donde se expusiera con gallardía y orgullo elementos de lana, cestería, macramé, pirograbado, oleos, producciones musicales de aires vernáculos y por supuesto los postres y platos típicos de la exquisita gastronomía de la “tierrita”.
• Que en sus locales comerciales y en los eventos de congregación ciudadana se escucharía bambucos, pasillos, torbellinos y aires universales con los que no solamente se forjaría la identidad, sino que permitiría a sus moradores adquirir modelos estructurales de pensamiento sólidos a través de repertorios con contenidos literarios que motivarían a los niños a la interpretación de instrumentos y la formación artística en todas sus áreas.
• Que sus muebles y accesorios mantendrían siempre la tradición y la autenticidad y en fin… que los geranios, novios y buganviles asonarían por los blancos muros para salpicaros de colorido y sin igual belleza.
• Cada quien conservaría, se dijo, desde su inicio, la arquitectura colonial de pueblos como Villa de Leyva, Tibasosa, Tenza, El Cocuy, Sáchica, Monguí y Ráquira. En su parte central se levantaría altivo un Centro de Oración para celebrar oficios religiosos y ocasionar una dinámica económica a través de su sana explotación por eso y luego de un justo debate, se adoptó como patrono a San Francisco de Asís Santo que describen las sagradas escrituras como andariego, poeta, músico y soñador.
• Su filosofía inicial planteó también la construcción de una Concha Acústica para los eventos y las manifestaciones artísticas con plazoletas en terrazas para la exposición de artesanía y de lo que más tarde apodaron “el mercado del gorgojo” rindiendo homenaje al animal que ya es huésped y compañero permanente de Pueblito Boyacense.
• Decía el manual, diseñado por su gestor en compañía de sus contertulios, que los tenderos y encargados de la seguridad, lucirían trajes típicos para exponer de manera continua los atuendos de la identidad boyacense y enseñar a los turistas de manera vivencial y real las intimidades de la cultura ancestral.
• Que sus moradores se organizarían en una junta de gobierno, con su alcalde y hasta se propuso crear su propia moneda para que las morrocotas se establecieran como identidad de Pueblito Boyacense al estilo de los grandes parques temáticos del mundo.
• Desde su comienzo se dijo: “Pueblito se convertirá en empresa productiva para sus moradores, generando un modelo de vida con bienestar y satisfacciones para el espíritu en donde el quehacer artístico de sus habitantes generará dinámicas de economía demostrando así, que la cultura y la industria sin chimeneas serán dinamizadores de progreso y desarrollo”.
• “En Pueblito se realizaran eventos para que el arte y la cultura campee por todos los rincones”. Fue así como se dio paso al Bazar de las Artes BAZARTE para emular las mingas y convites en donde el sorbo de guarapo y el cocido boyacense se disfrutaban al son del rasgueo de un tiple, una bandola, una guitarra y los bailes de otrora que con gracia enseñaban las abuelas.
Poco a poco fueron surgiendo otros eventos que hoy cuentan con reconocimiento nacional como la Semana Santa Cultural, la temporada navideña, las Marchantas del Macramé y otros como las tertulias que han congregado a los artistas de Pueblito permitiéndoles compartir veladas inolvidables con grandes y reconocidos cultores nacionales e internacionales. Recientemente los lideres de pueblito crearon el Festival de música colombiana “José Ricardo Bautista Pamplona” para rendir tributo de gratitud al visionario soñador del proyecto y con esa excusa reunir cada año a los mejores exponentes de la música nacional.
Todo este ideario se forjó con Pueblito y todo esto es Pueblito, un lugar mágico que se convirtió en corto tiempo en el principal atractivo turístico de la región y se fortaleció con dos declaratorias patrimoniales, la primera propuesta desde el Concejo Municipal de Duitama con la declaratoria local de bien patrimonial cultural y turístico y la segunda propuesta y avalada por el Consejo Departamental de patrimonio, aprobada por la asamblea departamental en donde se declaró a Pueblito Boyacense y su filosofía cultural como patrimonio cultural y turístico de Boyacá.
Los niños de Pueblito se organizaron en una genial idea e iniciativa propia para crear el grupo de guías que enseñan a los visitantes la historia del proyecto esto evidencia las ventajas de pueblito como espacio formativo y forjador de valores afincados en el respeto, el reconocimiento y valoración de lo nuestro por eso Cada habitante de este enternecedor espacio y cada visitante que atrapado en esta bella estancia se convierte en huésped de honor e hijo adoptivo de esta aldea, es vital para el desarrollo de este poblado y la materialización de su filosofía.
En Pueblito se experimenta las benevolencias de las actuales dinámicas del turismo, porque llegar, quedarse y compartir permite vivir experiencias inolvidables, sentir el aroma de sus sueños y palpar de cerca la intimidad de su filosofía; un turismo activo que va más allá de la simple oferta y demanda y que hace tangible la sensación de vivir nuevos momentos y ver la luna de otra forma, tal vez más grande y más ensoñadora. Las noches de Pueblito esconden las sombras tras la luz de sus faroles, su tenue destello invita a la reflexión y al sosiego y el silencio abrumador de su campiña, acentúa el eco de un canto que a manera de serenata se escucha desde los balcones.
No es un barrio, no es un conjunto de casas, no es un sector de Duitama, Pueblito Boyacense es una experiencia única de vida que hay que sentir, vivir y conocer. En Pueblito se construye el nuevo ciudadano Boyacense apropiado y empoderado de su identidad, querendón de su tierra, conocedor y amante de la cultura, visionario y soñador. Un nuevo ciudadano capaz de entender el universo desde la experiencia de conocer su propia historia, su pasado su presente, bases fundamentales para proyectar los sueños de futuros posibles.
Hoy cada habitante ha construido la propia historia de Pueblito, han surgido líderes dentro del poblado, apropiados de la construcción y desarrollo de cada espacio y cada rincón, se han forjado nuevos empresarios de la hotelería y el turismo, y cada habitante se ha vuelto un multiplicador de la idea primaria de Pueblito Boyacense para heredarla a sus hijos, nietos y contar su propia historia en el marco de la verdadera historia.